Fotos de paisajes naturales, de bonitas ciudades, posando en la furgo, o selfies sonriendo. Encantadoras estampas reales, que muestran que nos encanta lo que hacemos. Pero, ¿es en realidad siempre así? En Caminos Opuestos te contamos experiencias, y aquí te contamos los contras de vivir en furgo.
Antes de iniciar esta aventura ya intuíamos las posibles desventajas de vivir en furgo. Era obvio que no tener WC portátil, agua caliente, nos supondría escollos en el día a día. El paso del tiempo nos ha confirmado nuestras sospechas y nos ha abierto los ojos a elementos con los que no contábamos. ¿Quieres saber más? ¡Adelante con las experiencias!
WC
Desde el principio desechamos la opción de tener “poti”, por espacio y porque no nos gustaba la idea. Más tarde lo echamos de menos.
Se acabó ser un reloj suizo, es más, ahora ni somos un Casio de 1€. ¿Que tienes ganas? Pues te esperas y después de planificar el día sabrás donde puedes hacerlo.
Centro comercial, supermercado, gasolinera, baño público e incluso biblioteca.
Al mes de iniciar la aventura, y como resultado de una conversación un tanto peculiar, acabamos por tener un banquito. Algo reacios a utilizarlo al principio, pero que lujazo en algún momento de apretón.

Nuestro poti
Coger agua
Tenemos un depósito de agua pequeño (20L). Desde el principio sabíamos que todos los días tendríamos que llenarlo. Tarea fácil en España, cualquier gasolinera nos salvaba. Ingenuos de nosotros que no contábamos con el resto de países por los que pasaríamos. Si no encontramos fuente, vamos a una gasolinera y listo – pensábamos.
Francia ya nos puso las cosas difíciles, pero encontramos donde cargar. Bélgica, Holanda y Alemania fui una quimera encontrar agua. En estos últimos ante la posibilidad de quedar secos, llevamos dos garrafas de 5L guardadas para casos de emergencia.
Es una faena encontrar un lugar bonito donde te quieres quedar un par de días, pero no tiene una fuente cerca.
Por cierto, cuando hablamos de cargar agua, nos referimos a gratis. El por qué, está en nuestro presupuesto diario.
Viendo la sequía veraniega que nos azota cada año, nos reconforta saber que utilizamos muy poca agua diaria. Menos de 20 litros entre los dos, ducha incluida.

Rellenar el agua para la furgo
Dormir
Alguien no familiarizado con el tema, podrá pensar que es fácil. Nosotros por donde vivíamos y alrededores sabíamos un montón de sitios, y bonitos. Cuando cada día estás en un sitio diferente y nuevo la cosa se vuelve difícil.
Al día siguiente quieres estar por una zona, pero no encuentras nada donde quedarte cerca. Aunque nos ayudemos de aplicaciones, no te aseguran que el lugar sea bueno. Que este sitio es ruidoso, aquel no parece seguro, el otro porque es muy cantoso, y ese porque tiene una señal un tanto ambigua sobre estacionar.
Uno de los peores momentos es quedarte donde hay una señal de prohibido acampar. Sabes que no estás acampando y sabes que estás haciendo todo bien, pero te vas para cama con la duda. Noche donde no descansamos bien.

Aparcar la furgo para dormir
Vaciar aguas sucias
Casi todos los días necesitamos vaciar el agua del fregadero. No estamos hablando de agua limpia, por lo que no nos vale cualquier esquina.
Muchas veces planeamos la ruta al siguiente destino con parada intermedia en un área de autocaravanas. Lugar que suele tener para descargar. Pero, ¿y si no la hay?
Cuando sólo le queda un cuarto para llenarse, saltan las alarmas. Empezamos a racionalizar más si cabe el abrir el grifo.

Vaciado de aguas sucias de la furgo
Ducha
Tenemos que buscar un sitio discreto donde armar el chiringuito y también donde echar el agua con jabón. No es un viaje de fin de semana, estamos viviendo en la furgo, el champú es obligatorio. Si solo fuese una ducha de agua, un poco más fácil nos lo pondría, pero solo un poco.
Lo único bueno, es echarse unas risas mientras ves las caras y gestos que hace el otro por lo fría que está el agua. Sin duda ducharse en la furgo es todo un show.

Ducharse en la furgo
Ropa sucia
Acumular hasta que no puedas más y aprender a reutilizar la ropa. Sí, más veces de lo que creiste posible.
Encontrar una lavandería barata, que no quede lejos de la furgo para que nos sea más fácil llevar las cosas. Y si es posible, que haga calor, para que la ropa que quede húmeda se termine de secar al sol no haya que poner otra secadora.
Aunque al final, le hemos encontrado el gustillo a esos momentos mientras esperas por la ropa, junto con otras personas, mientras estás calentito, sentado en los banquitos comiendo algo.

Secando la ropa cuando vas en furgo
Cocina
Cocinar en la furgo también tiene sus desventajas. Como no tenemos nevera, hay ciertos alimentos que ya no podemos comprar porque se estropearían. Por ejemplo, la leche. Para algunos encontramos sustitutos, como por ejemplo la leche en polvo.
Otros alimentos tenemos que comprarlos en menor cantidad, para que no se estropeen. Como por ejemplo, los yogures, carne, etc. Esto te obliga a ir casi todos los días al súper, lo que te hace perder bastante tiempo. O si no puedes ir, ciertos alimentos ya no puedes comerlos.
Si nos queda algún paquete abierto porque sobró comida, tenemos que repetir, para que no se estropee. Que comemos arroz con salchichas, pues por la noche perritos calientes!
¡Y lo que se echa de menos tener productos fresquitos! En verano, por la zona de Francia, a medio día, con todo el calor, ¡daríamos lo que fuera por algo recién sacado de la nevera! Los yogures no saben igual si no salen de la nevera. Aunque eso sí, por el norte, lo tenemos más fácil.
En cuanto a la cocina, también echamos de menos varias cosas: Tener más de un hornillo para cocinar a la vez. ¿Carne con puré de patatas? ¿Arroz con pescado? Además, no podemos cocinar cosas durante mucho tiempo, para que no se acaben muy rápido las botellas de gas. Pero lo que más echamos más de menos es el horno. Pizzas, quichés, bizcochos, empanadas…
Ah! Y cuidado con lo que cocinas, porque si fríes txistorra, ¡la furgo te lo recordará durante 3 ó 4 días!

Cocinar en la furgo
Limpieza y orden del hogar
Un asunto un tanto tedioso. Nos gusta tener la furgo limpita como para una sesión de fotos, pero es difícil de mantener a veces. Aparcar sobre tierra o arena, o si el suelo está mojado, meterás suciedad con el calzado. Hemos prohibido estar calzados dentro, salvo en cabina. Aún así, tampoco es milagroso y más de una vez al día pasamos la escoba.
Queremos mantener la furgo ordenada, pero da mucha pereza. Todo hay que guardarlo en este espacio tan reducido. Aquí no vale dejarlo encima de la cama “para después”, si no, acumularíamos un montón de cosas en ella. Tampoco vale echarla “para lavar” al cubo de ropa sucia. Aquí no tenemos de eso. Hay que doblarla y guardarla para que ocupe el menor espacio posible.

Limpieza y orden en la furgo
Lluvia
Como colofón a las pegas de vivir en furgo, está la lluvia. No es necesario detallar mucho.
Ropa mojada dentro de la furgo humedeciendo más el ambiente si cabe. Si en los siguientes días no hace sol, el calzado empezará a oler a húmedo. Entrar con todo el cuidado del mundo si estás a la lluvia es imposible, mojarás todo el suelo.
Los días de lluvia solo molan cuando estamos calentitos y dentro, con toda la tranquilidad del mundo. Y aún así…

Días de lluvia durante el roadtrip
Que se estropee la casa
Te puede pasar en cualquier sitio donde te encuentres, y ¡es un fastidio! Llamar a la grúa, esperar a que te recoja, ir a un taller. Si tienes suerte de que se arregle en un día, genial. Pero como se quede en el taller, toca dormir allí, o buscarte otra casa temporal.
Y después pasar por caja. Si tienes la mala suerte de estar en un país de los caros, el susto puede ser doble!
Otro escollo es quedarte sin batería auxiliar. Cuando vemos que se nos está acabando, nos ponemos en modo ahorro. Y sabemos que pronto toca volver a rodar para recargar.

Asistencia en carretera
No siempre es un paraíso vivir en furgo, pero lo bonito de la aventura, es que en la balanza pesa más lo positivo.