Sin duda, vivir en Gold Coast durante un largo tiempo, al igual que en otro país, no es lo mismo que ir de vacaciones. Sobre todo, en un país tan caro como es Australia. Aunque tengas ahorros, no querrás gastártelos, y tendrás que empezar de cero. Sobre todo, cuando vienes después de haber trabajado en tu profesión, vivir en tu propia casa, permitirte irte de vacaciones, salir a comer fuera o disfrutar un finde en tu furgo.
Empezar de cero significa compartir piso, trabajar en trabajos no cualificados (físicamente duros, con malos turnos que, a veces, conoces el día anterior, repetitivos y desmotivantes), cambiar la furgo por una bici oxidada, y no permitirte comprar (casi) carne en el supermercado.

Eso sí, cuando te empiezas a asentar, – encuentras un trabajo mejor, compras un coche (aunque sea medio destartalado), conoces las promociones de restaurantes locales para poder ir de vez en cuando y encuentras unos compañeros de piso más limpios,- las cosas se ven de otra manera.

Así que ahora, después de más de la mitad de nuestro tiempo en Australia ha pasado, podemos decir que no nos hemos confundido al elegir Gold Coast para vivir.
Gold Coast tiene dos caras
Por un lado, es como un pequeño Las Vegas. Mucha fiesta nocturna, lleno de bares de show girls, el casino, fiestas latinas, asiáticos sacando fotos por las calles, te asaltan con panfletos de actividades locales como el aqua duck – un autobús anfibio que te lleva por el agua – o los parques de atracciones, la playa llena de gente hasta por la noche, las calles huelen a comida rápida…
Pero por el otro lado, está el lifestyle chill out de los early birds – el estilo de vida relajado de las personas que hacen vida diurna. Ahora que el trabajo nos lo permite, nos hemos convertido en unas morning persons. Nos levantamos (casi) con el sol, y aprovechamos toda la luz del día que podemos. Se hace mucha vida fuera de casa, barbacoas y celebraciones en los parques, eventos como música en las calles, volleyball en la playa, concursos de esculturas de arena o de fuegos artificiales. Y el océano está siempre presente. Hacer surf antes de ir a trabajar y sentir el agua caliente a primera hora de la mañana es una sensación que no se puede describir. Es una ciudad muy multi cultural, y estamos conociendo gente de todas religiones y lugares.

El estilo de vida relajando de Gold Coast nos está invadiendo después de unos meses aquí. El balance ha llegado a nuestras vidas, por fin. Nos hemos convertido en unas personas más tranquilas, con más tiempo para reflexionar.

Cómo hemos cambiado?
Josune ha empezado a hacer mindfulness. Y le encanta meditar en la playa con la puesta del sol. Nos estamos volviendo más conscientes del daño que le estamos haciendo a la naturaleza. Estamos intentando ser más zero waste para que nuestra huella en nuestro planeta sea lo más pequeña posible. Somos más conscientes con el consumo de alimentos de origen animal. Dejamos más el teléfono de lado y vivimos más en el presente. Nadie nos los ha contado, pero son cosas que hemos buscado estando aquí.

Sin duda eso es lo que veníamos buscando. Una experiencia muy enriquecedora que nos está aportando más de lo que pensábamos encontrar.
Nadie dice que haya sido fácil o que no tengamos días malos, pero sin duda, ¡merece la pena!
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