¿Alguna vez te has planteado llevar a tu gato en furgoneta? Nosotros si, sobre todo, después de la cuarentena que pasamos. Muchos eran los memes que circulaban por las redes y que decían, ¿te sientes encerrado? Esta es la vida de tu gato. Tenemos por costumbre que los gatos no salgan de casa, y si alguna vez intentamos llevar un gato de paseo, seguramente lo pasara muy mal. Imagínate, toda la vida metido en tu piso, y de repente todo es nuevo, ruidos, olores, estímulos. 

Nosotros hemos intentado acostumbrar a nuestra gata Quilla a que venga con nosotros de pequeña, pero no, no ha sido un camino de rosas. ¡Aquí te contamos nuestra experiencia! 

Acostumbrarlos desde pequeños

Asi sera mucho más fácil. Cuando son mas pequeños, no tienen miedo, son muy curiosos. Nuestra experiencia, con gatos mas mayores, era que lo pasaban mal, estaban muy asustados, se les caía hasta el pelo del estrés. Su zona de confort se ha hecho muy pequeña, y les cuesta mas salir de ella. Son animales de costumbre, se han acomodado, no conocen otra cosa. 

A Quilla empezamos a sacarla por el patio de casa. ¡Eso ya era un mundo nuevo para ella! 

Utiliza un arnés

Para que no se escape. Hay arneses especiales para gatos, o también para perros pequeños. 

Nosotros empezamos a ponérselo por casa cuando tenia 4 meses. Al principio ¡no le gustaba nada! Pero poco a poco, se ha ido acostumbrando. Le poníamos el arnés, y ella se lo intentaba morder, y se tiraba al suelo. Pero rápido la sacábamos a la calle, donde se empieza a entretener con todos los nuevos estímulos que tenia a su alrededor, y se olvidaba del arnés. Ahora ya, cuando se lo ponemos, esta como si nada.

Lo que nos gustaría es que no le llegue a hacer falta, pero aun nos queda! 

Entorno controlado

Cada vez que la paseamos, tenemos cuidado de que no haya mucha gente, perros, o muchos ruidos. Que sea un sitio tranquilo, que tenga hierba donde pueda jugar. 

Normalmente la paseamos por la urbanización de casa. Empezamos a ir en el atardecer, cuando no hay mucha gente, y esta mas tranquilo. La llevamos en el trasportín y cuando le abrimos la puerta, ¡sale con el rabo hacia arriba! Luego empezamos a sacarla a otras horas. 

Eso de socializar con otros perros/gatos, todavía no lo lleva muy bien. Cuando pasan personas, se suele agachar en el suelo y se les queda mirando, pero si pasa un perro o aparece otro gato, se le eriza la cola. (A veces, depende del perro, la cogemos en brazos). 

El gato te pasea a ti

Nuestros paseos con Quilla no son paseos. Normalmente, en lugar de caminar hasta un punto y volver, lo que hacemos es pasarnos de delante a atrás en el mismo sitio. Ella se queda 2 horas oliendo la misma planta, o las cacas de los pájaros. A veces, de repente, empieza a correr sin rumbo. 

Modo furgo ON

En la furgo, le llevamos su arenero, su comedero y su bebedero. Al principio come menos y cuando abrimos la puerta se marcha a la otra esquina. Pero después esta deseando ver a donde vamos y salir fuera. 

Le encanta compartir mas tiempo con nosotros, jugar con las piñas en el monte o ¡perseguir los bichos! 

¿Y vosotros? ¿Cuál es vuestra experiencia con el gato en furgoneta? ¡Nos encantaría escuchar otras historias!